El Día de Reyes está acompañado en las mesas
mexicanas por un pan en forma de corona denominado Rosca de Reyes, que posee un
origen y significado muy interesante.
El origen de esta tradición es religioso y se
remonta a Francia y España para luego llegar a nuestro país durante los
primeros años del Virreinato, convirtiéndose en una parte fundamental de la
cultura y gastronomía mexicana.
Es una costumbre tomada de la cultura romana
por parte de la iglesia cristiana, recordando la búsqueda de Jesús por parte de
los Reyes Magos, para rendirle tributo.
Los Reyes Magos viajaron desde Oriente hasta
Jerusalén, guiados por una estrella y preguntándole al rey Herodes si ya había
nacido el niño. Como Herodes estaba celoso y temía perder su reinado por culpa
de este niño, mandó a asesinar a todos los bebés que tuvieran menos de dos años
de edad.
Finalmente el niño nació, los Reyes Magos
llegaron y le ofrecieron regalos muy especias por su nacimiento: oro, incienso
y mirra, siendo símbolos de riqueza, adoración y sacrificio, respectivamente.
La forma circular simboliza el amor de Dios
que no tiene principio ni fin. Se adorna con frutas secas y cristalizadas que
simbolizan las joyas de las coronas de los Reyes Magos.
Al interior de la rosca, se esconde una
figurita del Niño Dios, que representa el momento en que Jesús es escondido de
Herodes, quien como vimos, buscaba destruirlo.
En Francia la rosca se llama galette des Roiso
torta de Reyes y fue en este país donde se inició la costumbre de partirla,
repartiendo la primera rebanada a aquel que fuera pobre, la siguiente a los
ausentes, es decir, a los hombres que se encontraban en guerra y las siguientes
al resto de los presentes.
En México. como en Campeche se acostumbra a partir la rosca, que
posee varios muñequitos, dependiendo del tamaño. A quienes les toque el
muñequito en su porción, deben encargarse de los tamales que se comerán el 2 de
febrero, que coincide con el Día de la Candelaria.
Los creyentes, al conseguir un muñequito de la
rosca, se convierten automáticamente en madrinas o padrinos del niño y deben
llevarlo a bendecir a la iglesia el Día de la Candelaria.
Esta tradición se acompaña con un rico y
espumoso chocolate caliente para disfrutar de la exquisita Rosca de Reyes, en
esta celebración que resulta ser la última reunión de las festividades de
Navidad.